Infertilidad/Pérdida: Él se deleita en cada detalle de mi travesía

El Señor dirige los pasos de los justos; se deleita en cada detalle de su vida

Salmo 37:23 (NTV)

Deleite singinifica Alegría, Delicia, Placer. Cuando leí este versículo no pude evitar preguntarme ¿Cómo podría Dios deleitarse en los detalles de este camino de infertilidad? ¿Cómo podría alegrarse de tantas veces que me he derrumbado por el dolor de la espera o de las noches de desvelo rogando por vida en mi vientre. ¿Cómo?. Quizás te preguntes lo mismo que yo. ¿Cómo mi duelo y mi pérdida puede ser parte del camino que he recorrido y Dios pueda decirme que se siente alegría en de esos detalles de mi vida?

Entonces recordé una ocasión en la que pedía a Dios, entre lágrimas, un hijo. Inmediatamente lo vi sentado en el mueble. Me pareció extraño así que le pregunté que estaba haciendo. (Sé que siempre está conmigo, pero estaba sentado de una forma que me llamó la atención) Me contestó estoy aquí acompañándote mientras esperas. Llevo todos estos años esperando contigo y estoy listo para celebrar contigo tu VICTORIA. En ese momento lo vi como un Padre, cuidadoso, que vela pegadito a la cama de un hijo mientras está enfermo o triste.

Cuantas veces en este camino le preguntamos a Dios dónde está que no se acaba el dolor o no vemos el milagro. Donde está mientras el doctor nos da peores y peores pronósticos. Cuando vemos a otros extender su familia y nosotros seguimos esperando. ¿Qué bueno podría tener este panorama? Te voy a compartir lo que Dios me contestó cuando le hice estas preguntas en el inicio de este escrito. Creo que es un mensaje para mi y parar ti: "Yo he visto como a, pesar del dolor, continúan caminando, se han agarrado de la fe y la esperanza aunque todo se ve contrario. En cada golpe, en cada diagnóstico, en cada prueba negativa se levantan y continúan. Eso es lo que me deleita. Me siento tan orgulloso de mis hijos. Además me alegro porque Yo veo el final antes de que ocurra y ver su victoria me emociona. Celebro que lleguemos juntos a ese momento. Yo ordeno tus pasos y sé a donde van y las bendiciones que he preparado para ustedes. Me siento como un Padre que ha preparado un regalo anhelado por su hijo y no puede esperar a que llegue el día para entregárselo. Por eso me deleito en tu camino. No porque sufres sino porque veo como cambiaré cada lágrima en gozo, cada ceniza transformada en celebración y eso sí me deleita".