Infertilidad: Su bondad me persigue
- Rebeca Martínez
- Aug 27, 2022
- 3 min read
Updated: Aug 28, 2022
Como saben me acabo de mudar a Estados Unidos y todo es nuevo. Casa nueva, amistades nuevas, iglesia nueva y, claro, experiencias nuevas. Decidí tomar unas clases que ofrece la iglesia y el primer tema era: Dios es bueno. Este es un tema que nos confronta mucho cuando atravesamos esperanza diferida o algún diagnóstico. Al final nos dejaron una asignación en la que debiamos reflexionar sobre la bondad de Dios y compartirla con otros. Aunque debo hacerlo con personas en vivo quiero también compartirla con ustedes.
Cuando escuchamos testimonios de provisión o de milagros usualmente terminamos con la expresión: "Dios ha sido bueno" o "Dios es bueno". Celebrar desde el otro lado de la espera y decir Dios es bueno es lo más normal en nuestra experiencia humana. Pero ¿qué sucede cuando no tengo aun un testimonio? ¿Qué sucede cuando el dolor toca a mi puerta? ¿Qué pienso cuando los diagnósticos y tratamientos hacen fila uno detrás del otro y no parece existir solución? ¿Qué pienso entonces? Les confieso que no siempre he tenido las respuestas a todo lo que enfrento, pero sé que nuestra perspectiva de Dios en nuestras dificultades es determinante en como las enfrentamos.
Cuando se trata de Dios regularmente tenemos, lo que en la psicología se llama, un pensamiento blanco o negro. Lo que quiere decir que esta en extremos o es bueno o es malo. Si Dios me concede lo que deseo cuando y como lo deseo es bueno. Si impide todo sufrimiento, si me sana, si les da comida a los habitantes de África, entonces es bueno. Si no, no lo es. Confundimos la maldad que hay en el mundo, el poder de las decisiones nuestras o de otros, la muerte y la dificultad como el medidor que establece si Él es o no bueno. Olvidando que el sufrimiento realmente es el resultado de lo que este mundo ofrece como parte de transitar esta tierra en una experiencia humana.
El amor y la bondad de Dios no pueden categorizarse bajo nuestros criterios humanos. Él es bueno significa que sus intensiones son buenas, que no planifica hacernos daño, no es cruel con nosotros. Todo lo contrario, le duele cuando sufrimos y nos acompaña en el sufrimiento hasta que lo hayamos atravesado y más allá. Su bondad nos entiende, nos escucha y toma el tiempo de vendarnos y sanarnos cuando hemos sido heridos. Su bondad nos ofrece un intercambio de belleza por cenizas, nos ofrece intercambiar nuestro luto por gozo.
¿Dónde veo que Él es bueno? No en que las circunstancias sean fáciles o porque ya he recibido por todo lo que he orado, sino en los detalles que tiene aun en medio de las circunstancias más dolorosas de mi vida. En despertarme en las mañanas cantándome cuando he llorado toda la noche, en sentarse a mi lado a esperar, en levantarme cuando siento que no puedo dar un paso más. Veo su bondad en las personas que ha traído a mi vida en esta temporada difícil de espera, en que su palabra es constante y sus cuidados demasiados.
Hace mucho tiempo entendí que mi historia todavía se está desarrollando, no lo he visto todo, no lo he vivido todo, algunas contestaciones las he recibido y otras no, pero esto no significa que su bondad no está presente. De hecho, la biblia dice que su bondad me persigue todos los días de mi vida (Sal 23:6). Ya me ha alcanzado en muchas cosas y aun faltan otras, pero si me persigue todos los días me va a alcanzar. Quizás no sea cuando o como lo tengo planificado pero va suceder. Esto concuerda con el Salmo 27:13 que dice Hubiera yo desmayado si no creyera que vere la bondad de Dios en la tierra de los vivientes. El tiente todo lo que necesito y sí muchas bendiciones, pero no es bueno cuando me las da. Me las da porque el ya es bueno.
Comments